LOS BOABAT.
Algunas veces, la naturaleza abre el telón y nos muestra, como aquí en la región de Menabe, un espléndido escenario, de un campo puro, sin contaminación, con unos magníficos boabat. Me cuentan que los boabat contienen una gran cantidad de agua, que viven muchos años y que según la leyenda son unos árboles puestos al revés y que las raíces son sus ramas. Duro castigo para un gigante ciego. Pero yo los veo espléndidos, con un cierto aire espiritual, como gigantescas columnas desnudas del cielo. Por eso no pude menos que exclamar ¡Que grandes! ¡Que grandeza! ¡Que belleza!
Faro de gigante firmeza, que en la distancia resalta claramente su silueta; que ampara e ilumina los caminos, para sentir cercanos los poblados y cultivos.
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