NIEVE

          Trocitos de nube que se posan en el suelo,
           para cojer con las manos pedazos de cielo.     
    

VISIONES.

                          VISIONES.


Alto sol de paño bordado,
margaritas blancas,
de largos horizontes recién pintados.

Superficie perpetua del faro del horizonte.

Del sol, atrapar la luz,
con la fuerza del amanecer

Es extraordinaria la llegada de la luz
que nace de la oscuridad.
Y me he parado a pensar un momento,
en lo oculto detrás de la bruma del recuerdo.
Aquellos cánticos que resplandecían en el aire,
la llegada gloriosa de minusculos aromas,
o los tallos de flores que sujetan el viento.

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          - dulce sol -
Del paisaje y la canción.

El campo está precioso esta primavera,
con una envoltura de verde brillante.
         - y las rosas espléndidas -
No tan efímeras,
con un toque distinguido.
Eternas.

Con pétalos que son ascuas,
que se funden en una masa esparcida y compacta,
bajo el peso de sus brasas,
al acecho de las espinas blancas,
con un silencio de uñas afiladas.

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Para que me quieras,
voy a plantar un jardín en las estrellas,
para que cuando llegue la noche,
siempre lo veas.

El mar,
partida del viento,
soñada del capitaán,
donde se esconden sirenas
que el marinero quiere encontrar.

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El alba se mezcla
perfecta en el horizonte.
te recuerdo
y pronuncio tu nombre.
 - Habla tu también -
en la mezcla rojiza del amanecer.

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Pasaré mirando el buen gusto de la gente,
el suave color azul del alivio.

Al otro lado hay tierras llenas de arboledas,
hay un millon de aromas diferentes, un millon de fantasías,
escondidas exactamente donde pensabas que podían estar.

Espléndidamente vuelan las mariposas,
con un gesto de saludar con sombrero.

Parece que el viento recorre satisfecho esta tarde,
con un plumaje hermoso de sol pálido.

Calidez infinita en las hojas del otoño,
cuando contemplo la constancia de la vida
y el reflejo del amor.

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Navegar,
oleaje del alma mía,
cuando el campo crece,
surcada por arrugas de mil edades.

Vive el sentido,
recolector nocturno que quiere acaparar estrellas.
Todos los días,
aliado de la mejor cara,
abrazado a la luz temblorosa,
que nombra los soles gastados
y las melodías ocultas en las profundidades.

Corazón ardiente de nube,
distante,
dormido,
corazón herido.
De las grandes arboledas,
amalgama de colores y de hechizos.
Despertar de unas alas tronchadas
por el aleteo de la luz.
Siempre buscada,
siempre amada.
Tembloroso prisionero,
lleno de duende,
buscando el hechizo de los sentidos,
las nubes de la memoria
y la serenidad de los ojos amados.

Todas las nubes que te tocaron,
eran nubes amadas,
ojos amados, cielos amados.
Para recorrer el mundo
solo hace falta la gracia de tus manos.

Y al final,
queda el recuerdo de los abrazos,
y de lunas preñadas de soles.
Por que siempre luchamos juntos
en vencer la tristeza de nuestro tiempo.
No lo conseguimos,
aunque ibamos cargados de palabras,
de memoria y de conocimiento.
Aunque también al final,
fué el triunfo de la voluntad y el esfuerzo,
y el preludio del nacimiento de algo nuevo.